La legislación laboral ha establecido en 8 horas diarias y 48 semanales la jornada máxima laboral, no obstante, el conductor de un taxi o un camión de servicio público en la practica tienen jornadas que superan las 12 horas diarias y los 72 semanales, y no vayan a creer que lo hacen para enriquecerse, todo lo contrario, tienen que trabajar esos exorbitantes periodos de tiempo para conseguir el mínimo vital. La conducción de vehículos ha sido catalogada en Colombia y el mundo como una actividad “altamente peligrosa”, por lo cual, lo lógico sería que un conductor de un vehículo de servicio público tuviese una jornada incluso inferior a la jornada de una persona que no desarrolla una actividad altamente peligrosa, pero en Colombia ello no ocurre así, y de ahí se han derivado y diariamente se derivan tantas muertes, lesiones y tragedias a miles de familias colombianas, recordemos que han sido más los muertos a causa de la accidentalidad vial que ha causa de la violencia en sus momentos más críticos. Bajo el manto de la aparente “independencia laboral” y la supuesta “libertad” que de ella se deriva, los conductores de servicio público han sido esclavizados y condenados a convertirse en armas mortales para los usuarios de las vías en todo el territorio nacional, todo ello bajo la mirada de unos gobiernos irresponsables que desde el año 1996 se han negado dar cumplimiento a la orden legal de garantizar que los conductores de los equipos destinados al servicio público de transporte sean contratados directamente por la empresa operadora de transporte. Solo por hacer un ejercicio, la próxima vez que subas a un taxi, o te cruces con el conductor de un camión, pregúntale ¿Cuándo fue la última vez que saliste de vacaciones pagadas?, ¿Qué piensas hacer con tus cesantías?, ¿Ya te pagaron los intereses a las cesantías?, ¿Te han pagado las horas extras?, ¿Te han pagado los recargos dominicales y nocturnos?, ¿Qué días descansas en compañía de tu familia?, seguramente te van a pedir que le expliques que significa cada una de esas palabras, porque no las conocen. ¿Cómo se puede prestar un servicio público de transporte en condiciones de calidad y seguridad, cuando no se tiene el control y la gerencia responsable del conductor?, es innegable que la función misional en la industria del transporte la cumple por excelencia el conductor, por lo cual desde donde se mire, no puede justificarse la calidad de “independiente” de un conductor, mas aun cuando esa independencia sirve de excusa para violentar todos los derechos y la dignidad de una persona y de una profesión que merece ser valorada y respetada, por razones de dignidad humana y de seguridad vial, pues esta aberración no solo afecta a los conductores, sino que pone en riesgo la vida e integridad de todos las personas en el país. En el caso de los conductores de transporte de carga, resulta lamentable que tengan que pagar para que les despachen carga, que tengan que asumir el pago del cargue y descargue de las mercancías, que tengan que esperar y dormir en un camión varios días hasta que el industrial se digne a descargar su camión, que le paguen menos de lo que les cuesta movilizar la mercancía, y que no puedan protestar y exigir sus derechos, porque el Gobierno los convierte en criminales, y utiliza instituciones del Estado como la SIC y la Fiscalía para satanizarlos ante la opinión pública, pretendiendo con ello atemorizarlos y reducirlos para que no protesten por los mensuales incrementos abusivos de los combustibles, los incrementos de peajes y valores de peajes en las diferentes carreteras, entre otros asuntos que resultan abusivos para ellos y para todos los colombianos.
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