23 de marzo de 2020
Hasta hace pocos días radicar una demanda, una tutela o un simple memorial de manera virtual sería una idea lunática y futurista, seguramente seria fuertemente cuestionado quien lo propusiera, pero en estos momentos, cuando una pandemia nos ha puesto contra los muros, surgen muchos cuestionamientos en la comunidad jurídica y en la sociedad en general, porque el impacto social y económico lo sufren los ciudadanos, los abogados litigantes y toda la comunidad, pero… ¿era esto necesario?, ¿pudieran los jueces y funcionarios trabajar desde sus casas y no suspender la administración de justicia?, ¿existen las herramientas tecnológicas para ello?.
Desde hace varios años los desarrollos tecnológicos, permiten que un expediente se maneje de manera virtual, de hecho, ello reduciría abismalmente el consumo de papel y por ende la contaminación ambiental, los costos de papelería, cartuchos de tinta, mantenimiento de impresoras, entre otros, generando con ello un ahorro de dinero a la Rama Judicial y por ende a todos los colombianos que con nuestros impuestos sostenemos la entidad.
Adicionalmente, reduciría el desgaste administrativo de personal en el área de apoyo judicial, porque gran parte del trabajo lo haría el sistema, se terminarían las extensas filas de radicación, y ese personal pudiera pasar a fortalecer los despachos judiciales.
Se reducirían los costos de archivo, pero además los “espacios” grandes espacios que tienen que dedicar y en ocasiones contratar para almacenar los voluminosos expedientes en papel, los juzgados tendrían más espacio en sus instalaciones, menos contaminación visual, y una mayor facilidad para sustanciar y administrar los expedientes.
El expediente virtual reduciría el desgaste innecesario del personal que cada despacho judicial tiene que disponer para atender público, para atender al abogado o dependiente que va a revisar el expediente, porque lo van a poder revisar virtualmente, los estados se publicarían virtualmente, ese funcionario de atención al público se dedicaría entonces a las funciones misionales de su cargo, lo que contribuiría enormemente a la descongestión judicial y a la eficiencia de la administración de justicia, por otra parte, se tendrían menos personas desplazándose y contaminando con sus vehículos para ir a radicar un memorial, para ir a “fotocopiar” un papel.
Nos quedaría entonces las audiencias, ¿las audiencias pueden realizarse virtualmente?, desde luego que sí, desde hace mucho tiempo los desarrollos tecnológicos permiten que se hagan videoconferencias a través de plataformas virtuales, la sala de audiencias no sería un espacio físico sino virtual, automáticamente la audiencia estaría en el expediente electrónico, se ahorrarían millones que se gastan en CD´S, se ahorraría mucho tiempo a los funcionarios, se haría más fácil encontrar las declaraciones, las pruebas y las etapas dentro de los registros, e indefectiblemente se haría más eficiente la administración de justicia.
En conclusión, todo seria diferente si quienes tienen a su cargo la gerencia y el direccionamiento de la justicia en Colombia vivieran en el año 2020 y no en los años 80´. En el área metropolitana de Medellín, aun hay despachos judiciales que ni siquiera pueden registrar los procesos en el sistema de la rama judicial y lo hacen en libros, igual que lo hacían en los años 80’, eso es vergonzoso.
Esta pandemia ha desnudado la falta de liderazgo, proactividad, visión, gerencia, eficiencia y eficacia de la dirección administrativa de la rama judicial.
La justicia pudiera estar funcionando, la justicia como servicio público esencial tendría que estar funcionando, las malas decisiones gerenciales de la rama judicial hacen que hoy muchos abogados litigantes, y las empresas y personas que representan estén colapsados y angustiados, no obstante, como ciudadanos si tenemos que pagar lo que nos cuestan los salarios y funcionamiento del servicio público administración de justicia, aunque no lo presten como consecuencia de una dirección que no ha estado a la altura del año y la sociedad en que vivimos, que no ha estado a la altura de los desarrollos tecnológicos que existen en la actualidad.
Esta es una humilde y respetuosa reflexión, y con cariño, a todos esos servidores públicos de alto nivel, que tienen a su cargo la dirección administrativa de la rama judicial, incluyendo al Ministerio de Justicia y por ende al Gobierno, si no son capaces de romper paradigmas, y no van a aportar cambios contundentes a la entidad, si quieren seguir trabajando con máquinas de escribir y vivir en los años 80´, háganse a un lado y permitan que las nuevas generaciones de abogados asuman la dirección de la Rama Judicial y la administración de justicia.
Abogado Sebastian Sandoval Pérez
@SebastSandoval
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